Thursday, September 06, 2007

Parecìa un buen dìa

Tres de Septiembre
Mi hermana Gabriela me despertó de un susto al diez para las siete para pedirme que fuera a cuidar a Boru en lo que daban las ocho y después tendría que asegurarme que se llevaran a mi niña bien guapa a la guardería. Ella tenía que ir a trabajar. Claro que no me negué, a pesar de que me había dormido hasta las dos y algo de la madrugada y que me desperté a las cinco después de ser tragada por un mosquito. Pense que como en ocasiones anteriores podría dormir un rato antes de llevarme a la niña, pero no pude regresar a mi sueño.
Aun así, de manera optimista me traje a Boru a la casa para que la arreglaran y que la fueran a inscribir.
Mientras bañaban a Boru recordé que no había lavado la falda de mi uniforme, pero no me preocupe tanto ya que la falda es delgada y se escaria pronto. En lo que la sacaba a lavar Karinka despertó y me pidió que le calentara algo para desayunar. Accedí sin quejarme.
Después de un rato a Karinka se le enfrío su comida y bajo a comérsela así, mientras yo tardaba como una hora para tomarme un café y comerme como dos o tres galletas.
Eran como las once y media o las doce y yo aun estaba en pijama y bata.
Después me metí a bañar, y al vestirme recordé otra cosa: no lave mi licra. Mi falda es de corte escocés y se abre al sentarse y uy que decir de cuando sopla el viento, así que para que nadie vea mis calzones de ositos (es neta) uso una licra pero olvide lavarla. Me arriesgue a irme así.
Ahora después de este choro, yo no me sentía molesta, por alguna razón estaba contenta.
Al ir caminando con el riesgo de enseñar mis calzones, en una escuela primaria junto a un mercado, unos señores estaban vendiendo algodón de azúcar. Me encanta el algodón de azúcar, cuando era una linda niña pensaba que eran nubes del cielo, y aveces aun me gusta pensarlo.
Puedo decir sin exagerar que jamas había tenido un día, en el que no tengan que ver mis amigos Otakus con los que paso cada aventura o Bibi con la hago muchas estupideces, tan lindo. Casi bailaba mientras comía mi algodón, insisto, era un hermoso día... hasta que llegue a la escuela, en una esquina vi un auto dorado, de el bajaban tres personas, una chica portaba el uniforme del bachiller, una niña, y el padre. Al acercarme vi a ese hombre. Al ver su rostro pude sentir como el azúcar dentro de mi cuerpo comenzaba a hervir.
Yo no soy una persona que odia, me atrevo a decir que apesar de mis arranques adolescentes soy de las personas más alegres. Entre mis cinco amigos más importante se cumplen estos papeles: Satoshi, el polémico, Carmilla la loca, sin ofender, Rogue la divertida y responsable, Bibi, que es alcohólica, divertida, ocurrente, loca y demás y yo, la niña linda y tierna, que le gusta hacer reír a la gente, suena exagerado, pero si me vieran con mis grupos así soy.
Solo existe un ser, por ahora, a quien repudio con toda el alma y a quien le deseo todos los males, y seguramente ustedes también deben saberlo porque hace poco lo mencione.
La persona que me arruino un precioso día fue el maestro Andrés que me daba clases en la primaria. De pronto los recuerdos almacenados en la carpeta de mi cerebro llamada “no abrir nunca, destrucción en el primer pasón” se salieron de la carpeta en un G de velocidad. Al pasar por ahí me quede con las ganas de enterrarle al tipo ese el palo del algodón.
Solo seguí caminando para dirigirme con mis compañeros a maldecir.
Lo peor de eso es que al llegar a mi casa desquite mi coraje pateando cosas y explicando de manera muy rápida mi enfado mis padres no pudieron entender todo ese odio.
Pero ahora que estoy relajada bajo los efectos de la manzanita sol y unas lunetas pienso que es otro regalo karmatico de la vida, si, como cuando tuve de regalo a la Calamardo con la que entendí lo que esos seres estúpidos de la primaria sentían hacia mi. Ahora, al maestro hipócrita que me trataba mal solo por pensar por mi misma, o al menos de eso me he convencido durante estos años. Tal vez me moleste, pero el odio y mi mente trastornada lograran algo sin llegar a la violencia, pero algo debe pasar.
Ahí luego les aviso.

20 de Agosto

Lamento que hasta ahora mande este post, pero no sabia como empezar... además de que no tengo Internet en casa.

Lunes 20 de Agosto:

Durante un año tuve una pesadilla recurrente. Ocurría de distintas formas, pero siempre era lo mismo. Siempre soñaba que ya había terminado la secundaria mi generación, pero que aun íbamos a la escuela, uniformados, con útiles, cambiando de salón, echando cotorreo. Pero siempre me sentía rara. Al llegar a la parte final de la pesadilla le preguntaba a mi amiga Mayra, “¿Por qué si ya acabamos la escuela seguimos viniendo?” Sus labios se movían, pero no podía escuchar su respuesta. Así, me despertaba a las 10 u 11 de la mañana, sin nada que hacer durante el resto del día.
Durante un año también alucine con ir a una escuela lejos de aquí, donde podría vestirme de negro, hacer amigos parecidos a mi (antisociales. Irónico ¿no? De minimo un otaku goth), soñaba con levantarme muy temprano e ir dormida en el metro a las 6 de la mañana, soñaba con poder estudiar y echar desmadre al mismo tiempo, soñaba con ir a CCH Vallejo.
Hoy me levante a las 8:30 AM a abrir la tienda y disque a desayunar, luego Karinka me dispuso a limpiar la mesa de la cocina y a tender la tienda mientras ella escribía una madre para no recuerdo que. Mi mamá había ido al Hospital. A las 12:PM Karinka llamo a Gabriela para que cuidara la tienda y a mi me dijo que me arreglara.
Me metí a bañar y al salir, me puse un uniforme muy feo, mi abuela Ofelia se viste mejor.
Quite el esmalte negro de mis uñas, cuando ya iba en la segunda mano Gabriela me dijo “Puedes llevar las uñas pintadas” ella también fue a ese plantel. Ya que había terminado con mis uñas, no me peine, y me fui caminando disque rápido quesque porque se me hacia tarde.
Sin demorar, llegue al plantel 02 Ecatepec Sur CoBaEM, mi cuarta opción.
La Verdad no puedo explicar que sentía ese día. Me sentía decepcionada y nerviosa, y al mismo tiempo, no sentía nada.
Al entrar mi super broche de guitarra se rompió, y se me abrió la falda (eso me pasa por elegir la falda cruzada) y le pedí a la chica de enfrente, Tazia, un seguro o algo, me dio el gancho de un arete, que enseguida perdí. Después pense que no se iba a acabar el mundo si se me veía una pierna y que además llevaba una licra. Pero un tipo se le quedaba viendo a mi bonita pierna gorda y me dio pena, así que me puse el suéter en las piernas. Cuatro horas de aburrimiento en el aula viendo entrar y salir a los maestros, cuando estos salían todo era un silencio casi tenebroso.
Salí al receso y alcance a comprar un Hot Dog y me sente sola a comermelo. Hubo un accidente, ya que unas chicas se sentaron en la misma banca que yo y el plato del Hot Dog salió volando en dirección a la falda de una chica, y las alejo, que bueno, eran fresas.
Al final del ¿día? Tazia me pregunto si podia juntar se conmigo.
Creerán ustedes, que para ser la primer semana, Tazia, Carlos el Chico, Fanny, Angélica y Blanca ya son de los mios, y que al resto del salón ya lo tengo hasta la madre por que siempre participo y por motivos divinos mis respuestas hasta ahora han sido las acertadas. Pinches envidiosos.
Hay maestros completamente aburridos, otros medio pendejos, uno chido pero pendejo, y uno que ya casi es mi favorito.
Yo no deseo estar ahí, pero durante este año no me había puesto a estudiar “como se debe” y por eso me faltaron 10 aciertos para poder cumplir mi sueño. Pero, ahora que estoy ahí, lo veo de una manera más positiva, hasta pienso que será divertido.
¿Cual es la lección mis queridos Hamlet, primo Taz, Karinka y otros? Usaré la frase de Julia Roberts que dice en la parte final de “La boda de mi mejor amigo”, que por razones bastante obvias siempre me llega, LO MERECIDO ES TAN INJUSTO

Web Counter
Web Counter