Mi Pequeño Bübchen

Bueno, esta entrada va dedicada a mi pequeño Bübchen...
Mi pequeño Bübchen es la cosa material que más quiero en mi vida: nada más y nada menos que mi amado discman.
Sé que para algunos esto de ponerle nombres a los objetos es un tanto patético, ya que podrían pensar que no tengo amigos. Pero yo si tengo amigos y para mí es muy patético no tener corazón y no ver el valor sentimental de las cosas. A uno fácilmente le pueden regalar un discman y fácilmente lo puede reemplazar por un iPod de inmediato, pero no, yo jamás le haría eso a Pequeño Bübchen. Además de que este es mi blog y puedo escribir lo que se me hinche mi regalada gana.
Bueno, un seis de enero del 2003 baje como antes solía hacerlo para ver que nos habían dado los "Reyes Magos", que claro yo desde los 6 años sabía de toda esa farsa pero me hacia pendeja, vi debajo del árbol de Navidad las cosas que nos había traído mi papá, esta vez sin consultar con mi madre. Lo que vi fue una muñeca indígena para Karinka, una muñeca bilingüe para Gabriela, una hermosa muñeca de porcelana, un radio portátil y un maravilloso discman para su servilleta. Bübchen, es como mi tesoro, es el regalo más preciado que mi padre me ha dado... aunque no lo parezca. En su primer año conmigo siempre me lo llevaba a la maldita primaria con las bocinas de las vieja computadora, mis CD’S favoritos, y un enchufe para escuchar música a la hora del receso. Solía poner la música a un volumen muy alto para castrar al indio pendejo de "masitro" . Nunca me dijo nada sobre el volumen, pero un día una chica se me acerco para decirme "oye, ¿por qué siempre escuchas música diabólica?" . Me quede muy sorprendida, ya que lo que Bübchen leía eran cosas de Mi Lord (Michael Jackson) Linkin Park, Marilyn Manson y Elvis Presley. Aunque ahora que lo pienso, no sé porque me sorprendí, si todo el pendejo salón escuchaba cosas como "mayonesa" "golosa"... ya saben, música mierda. ..
En el primer año de secundaria le fue bien, hasta me lo envidiaban porque Bübchen lee MP3, CD, Radio, y además se le pueden poner dos audífonos al mismo tiempo.
Al siguiente año, Bübchen estuvo conmigo todo el tiempo: Cuando Gabriela se fue, cuando me castigaron y sacaron mi tele de mi cuarto, cuando la maestra de Formación Cívica y Ética me saco de su clase por olvidar una pluma y tuve que hacer un bimestre en una noche para poder ir a la firma de autógrafos de The Rasmus, y aun no tenía tele, cuando me sentía triste (bueno, aun) o cuando se iba la luz (cof cof, aun), Bübchen estuvo y esta ahí, para animarme con la música que más me gusta, a veces se siente como si fuera un amigo incondicional que en los momentos más difíciles te pone un brazo en el hombro... o más bien un audífono en el oído.
Pero fue en el segundo año de secundaria cuando lo más terrible le paso: Se me cayo mientras pintaba una banca. Aun recuerdo gritar "¡Mierda! ¡Pinche estúpida!" Recuerdo levantarlo rápidamente y ver con horror que la tapa se había roto. Pero después no me angustie tanto cuando se la volví a colocar y ver que aun funciona. Es más, casi ni se nota, si se levanta adecuadamente... y si le tapara el hoyo que se le hizo, nadie se daría cuenta.
En fin, después, un día de absoluta hueva, le dije "pequeño Bübchen" , ya que, según su servilleta, Bübchen significa bebe en alemán, y antes de ese accidente, y aun un poco, lo trataba como a un pequeño bebe.
Hoy ya no llevo a la escuela a pequeño Bübchen, lo trato con más cuidado, le compro solo baterías de calidad, y lo llene de estampas de Sailor Moon.
Ya esta muy viejo, todo rayado, la pintura se le esta cayendo, y con esas estampas no sé si vea peor, pero aun así TE QUIERO UN CHINGO MI PEQUEÑO BÜBCHEN.
Y les recuerdo, que este es mi blog, escribo lo que quiero, y que me vale madre si este post se les hizo patético.